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8M: ¿cuál es el peso de las mujeres en el comercio y la restauración de Barcelona? Las principales cifras

12 de marzo de 2025

La precariedad laboral y social que afecta a las mujeres es una problemática persistente y multifacética que requiere una atención urgente y decidida. Barcelona no es una excepción. Los datos muestran una realidad preocupante en la ciudad, por ejemplo, la brecha salarial en Barcelona supera el 15% y las mujeres que trabajan a tiempo parcial son el 26,4% frente a sólo el 12,9% de los hombres. La precariedad laboral se ve agravada por la contratación parcial, la concentración de mujeres en sectores feminizados y peor remunerados, y otros factores relacionados con la discapacidad, la edad, el origen y la situación social y cultural.

La precariedad en la vida de las mujeres se expresa muchas veces en situaciones de estrés, sumisión, en la detección de una merma de la capacidad de participación y, asimismo, genera otras consecuencias como la brecha salarial y de pensiones, la feminización de la pobreza, la pérdida de talento o la falta de referentes femeninos en liderazgo, entre otros. Pero, ¿qué ocurre, concretamente, en el sector del comercio y la hostelería?

Un sector feminizado

En general, si se analiza el porcentaje de mujeres y hombres existentes en cada sector, las actividades relacionadas con la construcción y el transporte están formadas por más del 70% de hombres y, por el contrario, en las actividades relacionadas con los servicios personales (doméstico, limpieza, mantenimiento…) la participación de las mujeres es superior al 70%. Existen otras actividades en las que la composición por sexo no es tan extrema, pero, igualmente, todavía se ve un patrón de género, como los sectores de la industria y las finanzas y seguros (entre el 65,1% y el 63,8% de hombres), o bien las ramas relacionadas con la sanidad, la educación o servicios (entre 67,2% y mujeres). En el caso del comercio, el 53,8% de las personas que trabajan en el sector son mujeres, frente al 46,2% de hombres, según la Encuesta Sociodemográfica de Barcelona.

De hecho, las estadísticas muestran que las mujeres todavía se ocupan en sectores relacionados con la atención y cuidado de las personas, como el comercio, mientras que los hombres se sitúan en sectores donde se requiere un mayor esfuerzo físico o bien en actividades que se consideran más técnicas desde el punto de vista social. En el caso de la hostelería, hay mayoría de hombres: un 53,2% frente al 46,8% de mujeres trabajadoras.

Sin embargo, a pesar de ser mayoría detrás de los mostradores, las estadísticas se dan la vuelta cuando se pone el foco en quien ostenta la propiedad de los comercios. En 2019, sólo el 45,9% tenía una propietaria. Además, tan sólo 2 de cada 10 presidencias de los ejes y asociaciones comerciales de Barcelona recaen sobre una mujer, mientras que en labores de dinamización tienen una gran presencia.

La pobreza salarial y la formación

En cuanto a la pobreza salarial, en la mayoría de sectores son las mujeres quienes tienen una mayor tasa de pobreza salarial. Entre los ámbitos donde se detecta más se encuentra la hostelería, con un 26,4% de pobreza salarial de las mujeres frente al 23,3% de los hombres. En el caso del comercio al por menor, las mujeres también registran una pobreza salarial mayor: un 25% frente a un 24,1% de los hombres. En el comercio al por mayor, las estadísticas muestran el mismo panorama: un 7,6% frente a un 6,3% de los hombres.  

En cuanto a la formación para trabajar en los comercios de la ciudad, y poniendo el foco en el programa de formación e inserción (FPI), de entrada los indicadores muestran que existe un porcentaje muy superior de chicos que de chicas matriculadas. Concretamente, de las 1.554 personas matriculadas en el curso 2022-2023, 435 eran mujeres (28%) y 1.119 eran varones (72%), según el estudio El género en cifras, de 2024. Además de las matriculaciones, también se observa un patrón claro de género en lo que se refiere a la rama de estudio escogida: los programas relacionados con mecánica, instalación, industria, electricidad, madera, transporte o informática se encuentran muy masculinizados (más de un 90% de hombres). En cambio, otros están muy feminizados, como los relacionados con la imagen, textil, confección y piel (más de un 60% de mujeres). En el caso del comercio, es el cuarto ámbito de formación más feminizado: casi cuatro de cada diez alumnos son mujeres.

En cuanto a los ciclos formativos de grado medio y grado superior, apenas se aprecian diferencias de género en las matriculaciones del curso 2022-2023. Los datos muestran cómo existen familias de ciclos formativos que son más paritarias, como la química, las artes gráficas o la hostelería y turismo. El comercio forma parte de ese grupo.

Hábitos de consumo más sostenible

Por lo general, las mujeres son más tendentes a adoptar actitudes de consumo sostenible. Las diferencias más notables entre mujeres y hombres se observan a la hora de hacer uso de fiambrera en el trabajo o centros de estudios, rechazar las bolsas de plástico y comprar habitualmente productos de comercio justo. En este sentido, cabe remarcar que son las mujeres quienes más se encarga de las compras cotidianas individuales o del hogar. Sin embargo, existe una mayor proporción de hombres que compraban en tiendas de segunda mano y en cooperativas y redes de consumo. 

¿Dónde puedes encontrar más datos?

Te recomendamos consultar el último estudio El género en cifras, publicado por el Ayuntamiento de Barcelona en verano del 2024. También encontrarás indicadores concretos del sector comercial en el Observatorio del Comercio y la Restauración de la ciudad, impulsado por la Dirección de Comercio, Restauración y Alimentación del Ayuntamiento de Barcelona. 

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